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Agricultura

Cada año perdemos veinte millones de toneladas de grano debido a la desertificación

UPA - 17/06/2015

Se trata de la cantidad de grano que podrían producir los doce millones de hectáreas de tierra que la desertificación destruye anualmente en todo el mundo. Hoy, en el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, las autoridades ponen el foco en este tema cuya importancia sobrepasa la economía y es vital para la seguridad alimentaria de nuestra especie.

La preocupación sobre este asunto no es nueva, este Día Mundial lleva celebrándose desde 1994. Precisamente el año anterior, en 1993, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estimaba que la desertificación y las sequías suponían entonces unas pérdidas anuales de 42.000 millones de dólares, o sea, el total de la ayuda oficial destinada a África durante el 2009.

Y es que doce millones de hectáreas son muchos millones para perderlos en un solo año. Concretamente equivalen al territorio de países como Bulgaria o Benín. Este dato anual refleja lo rápido que se puede destruir el suelo pero no habla de lo difícil que es recuperarlo, sobre quinientos años sólo para formar 2,5 centímetro de suelo.

Pero, ¿qué es exactamente la desertificación? Según la Convención de la ONU de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) es “la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas”. Es decir, la disminución o pérdida de productividad biológica (y, por lo tanto, económica) de las tierras. La UNCCD también reconoce en su definición que las causas de la desertificación son diversas, pero una de las más importantes son las actividades humanas.

Es decir, las tierras secas y vulnerables a este proceso son más de las que uno cree en un principio: el 41% del total de la superficie terrestre. En la fragilidad de sus ecosistemas vivía un tercio de la población a principios de siglo: 2.000 millones de personas.

Cada vez más personas que alimentar en una tierra cada vez menos productiva: entre 1981 y 2003 se degradaron el 24% de las tierras a nivel mundial. Hoy los pastizales suponen el 43% de las tierras degradadas y entre el 20 y el 25% de las tierras en proceso de degradación. En cuanto a la agricultura, los cultivos ocupan el 18% de las tierras degradadas y el 20% de las tierras en proceso de estarlo.

Por todo ello parece muy apropiado que el acto de conmemoración del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación se celebre hoy en la Expo Milano 2015, cuyo lema está muy relacionado: “Alimentar el planeta, energía para la vida”. Además de dar visibilidad al problema, con este Día se busca cumplir cinco acciones concretas en las que la actividad agraria tiene una importancia fundamental.

1. Cambiar el uso que hacemos de la tierra, apostando por una agricultura que se adapte al cambio climático; en especial en las zonas áridas.

2. Permitir el acceso a los avances tecnológicos y a la titularidad de tierras a los pequeños agricultores que respetan el medio ambiente y responden a las necesidades alimentarias de millones de hogares, en especial de los más pobres.

3. Conseguir un mayor equilibrio entre las finalidades ecologistas y el consumo de alimentos.

4. Aumentar las inversiones que promueven mejores prácticas y un sistema de producción más sostenible.

5. Incrementar las acciones que hacen visibles las consecuencias de la desertificación, una realidad que obliga a los habitantes de los países que sufren la escasez de agua y de comida a emigrar.

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