Editorial del número 254 de la revista La Tierra
Al cierre de esta edición de LA TIERRA, en la última semana de febrero, se mantenía la incertidumbre sobre la posibilidad de acuerdo para formar un Gobierno presidido por Pedro Sánchez o iniciar el proceso inevitable hacia unas nuevas elecciones.
Una situación que, con independencia de soluciones inmediatas o retrasadas a los últimos meses del año, no altera la premisa que da título a este editorial: necesitamos un buen Gobierno. Lo necesita la sociedad española en su conjunto y es imprescindible para el porvenir de los hombres y mujeres que trabajamos en el sector agrario, y de toda la población del medio rural.
En un modelo político y social como el nuestro, en una democracia consolidada y compleja, la función del Gobierno incluye, obviamente, la responsabilidad de proponer y ejecutar leyes, y de gestionar los recursos públicos. Pero su misión es mucho más amplia. Porque gobernar es también una cuestión básica de cultura política, de pedagogía en el mejor sentido del término, que no significa decir desde el poder a la población qué tiene que hacer y cómo comportarse, sino transmitir con educación y sutileza criterios y hechos de buen gobierno, hacer valer la máxima de que el mejor consejo es el ejemplo.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos es una organización sindical progresista y como tal nos sentimos más cerca de opciones políticas con esta misma orientación. Pero hemos demostrado sobradamente en nuestra trayectoria que los Gobiernos de uno u otro signo político nos han tenido al lado cuando se han planteado soluciones razonables a los problemas del campo, y enfrente cuando hemos entendido que se nos daba de lado. Y así va a seguir siendo en el futuro.
Somos conscientes también de que gobernar no es hacer milagros, entre otras cosas porque los milagros no existen. Pero el Gobierno tiene un amplio margen de decisión para hacer política en todos los sentidos y también, por supuesto, política agraria. Y ni todos los Gobiernos ni todas las políticas son iguales.
Por ello, los compañeros y compañeras de UPA queremos ser influyentes, que se nos tenga en cuenta, porque no representamos intereses personales ni corporativos, porque defendemos una actividad productiva básica para el bienestar de la sociedad, la sostenibilidad de los recursos y el mantenimiento de la vida en las zonas rurales. Y exigimos que nuestro trabajo se valore y se respete.
Tenemos por delante un nuevo periodo de gestión democrática, en forma de legislatura, que por compleja y difícil resulta más apasionante. Responsabilidad de todos es que se convierta en una experiencia positiva y en un ejemplo histórico, cuando se vea con perspectiva, de buen gobierno.