Etiquetas: UPA Andalucía, Parlamento, Andalucía, Covid-19, reactivación económica, recuperación, comparecencia, Miguel Cobos, viabilidad, reconocimiento, medidas, propuestas, precios justos, PAC, ayudas, inversión
UPA Andalucía - 23/06/2020
La organización agraria ha intervenido en el Parlamento andaluz, en la Subcomisión para la Reactivación Económica de Andalucía tras el Covid-19. Ha trasladado la situación en la que se encuentra el sector agrario, proponiendo un paquete de medidas para recuperar una actividad que ha demostrado ser esencial, pero que ya arrastraba graves problemas y ha quedado aún más perjudicada tras la crisis sanitaria.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Andalucía (UPA Andalucía), ha intervenido hoy en comparecencia parlamentaria, en la Subcomisión de Recuperación Económica del sector agrario, que se enmarca dentro de la Comisión para la Reactivación Económica y Social de Andalucía, tras la crisis sanitaria por Covid-19. Ha sido Miguel Cobos, su secretario general, el encargado de la exposición, en una mañana reservada para dar voz a los representantes del sector agrario, con la intervención de las tres organizaciones agrarias, y las cooperativas Dcoop y COVAP.
En primer lugar, Cobos ha recordado que, antes de estallar la actual pandemia sanitaria, el sector agrario unido estaba protagonizando un proceso de movilizaciones sin precedentes, cuyo calendario tuvo que ser suspendido incluso antes de la declaración del estado de alarma. Estas acciones venían motivadas por la situación límite en la que se encuentran los hombres y mujeres del campo, necesitando con urgencia que se resuelva el grave problema de falta de viabilidad económica de la actividad agraria, y que esta sea reconocida social e institucionalmente.
En cuanto a la reconstrucción de la economía andaluza, cada sector tiene unas necesidades. En el caso de la actividad agroalimentaria, se ha visto necesariamente muy alterada, pero ha seguido funcionando ininterrumpidamente durante esta situación de crisis sanitaria. Y, a pesar de la excepcionalidad vivida, con muchas dificultades añadidas a cuenta de las restricciones en la movilidad, el sector agrario ha seguido produciendo, recolectando, cuidando al ganado y manteniendo los ciclos naturales de cultivos y animales. Todo ello con la responsabilidad final de aportar lo que la sociedad espera de los profesionales del campo: alimentos para consumo directo y materias primas para la industria de transformación. Y no solo para España, también se continuado produciendo para varios países europeos que se encontraban también en confinamiento, y para muchos otros lugares del resto del mundo.
El comportamiento y el buen funcionamiento del sector agrario, ha servido para recordar y valorar su importancia como actividad esencial y estratégica, y ha terminado de trasladar a la sociedad la verdadera realidad del campo, quedando justificadas las anteriores reivindicaciones de agricultores y ganaderos. Porque la larga y compleja cadena alimentaria se compone de muchos eslabones, pero depende, de principio a fin, del trabajo de los hombres y mujeres del campo. Porque sin productores, no hay productos.
Es este sentido, y para que el sector agroalimentario pueda seguir, Andalucía necesita una agricultura familiar rentable y fuerte que pueda garantizar el abastecimiento alimentario. Esta agricultura necesita respuestas a medida, pues no puede compararse a otros modelos productivos que no dudarían en deslocalizar su actividad si les resulta más rentable.
Un modelo de agricultura familiar viable, no solo produce alimentos sanos, seguros y de calidad, garantiza la soberanía alimentaria y da soporte a nuestras exportaciones e industria agroalimentaria; además asienta población en el territorio dando impulso a otras actividades económicas, garantizando la biodiversidad, generando empleo, sosteniendo la ganadería extensiva, apostando por las producciones ecológicas, y conformando la base social de las miles de cooperativas que hay en Andalucía; es emprendedora con múltiples iniciativas de modernidad en cultivos, productos y presentaciones; y está siendo un elemento determinante para avanzar en la igualdad, con un protagonismo creciente de las mujeres en todos los órdenes de actividad y decisión.
Pero, para garantizar estas funciones estratégicas y decisivas para la sociedad, la agricultura familiar necesita ser rentable, recibir precios justos, con una relación equilibrada entre costes de producción y valor de los productos. Por todo ello, UPA Andalucía centra el debate de la recuperación en los dos ejes: el reconocimiento económico y el reconocimiento social-institucional, a través de propuestas que se estructuran en 10 grandes retos:
Por último, UPA Andalucía ha concluido su intervención en el Parlamento poniendo en valor ante los grupos políticos y el conjunto de la sociedad la trascendencia de la agricultura familiar como modelo de producción sostenible y de abastecimiento seguro de alimentos. La organización agraria destaca que algunas de las medidas propuestas necesitan el aporte de financiación pública y privada, pero otras solo requieren cambios normativos que no suponen un esfuerzo económico importante, y que son necesarios para una agricultura y ganadería andaluza sostenible y con futuro.