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La Tierra de Andalucía - 51 Jaén


Estamos a las puertas de una nueva campaña oleícola. Como es tradicional en los últimos tiempos, algunas cooperativas y almazaras ya han adelantado la recolección a los primeros días de octubre y seguirán sin descanso en noviembre. Y el sector afronta este momento en mejores condiciones que en 2020, porque los precios en origen se mantienen estables por encima de los costes de producción en el olivar tradicional, la comercialización bate récords y supera ya en un 1,1% las cifras alcanzadas el año pasado y, encima, nos vamos a encontrar con poco enlace y una próxima cosecha media tal y como ha anunciado la consejera en el aforo presentado en el marco de Expoliva. Pero, aunque los olivareros vivamos un poco mejor hoy que hace un par de años, no tenemos resueltos todos nuestros problemas. Seguimos siendo blanco fácil para la utilización del aceite de oliva como producto reclamo. Seguimos expuestos a las posibles volatilidades del precio y de los mercados. Seguimos en el punto de mira de los intereses de los especuladores.
Por eso, desde UPA entendemos que las administraciones tienen herramientas con las que hacer frente a eventuales desajustes en los precios. La Ley de la Cadena Alimentaria, el Decreto sobre Calidad y la PAC, tienen que apostar definitivamente por el olivar tradicional, que es el que tiene detrás un modelo basado en la agricultura familiar y profesional, que apuesta por la sostenibilidad económica, social y medioambiental, que da vida y fija a la población en el medio rural y que genera riqueza en Andalucía y, especialmente, en Jaén.
Ese olivar tradicional que lleva muchos años diferenciando el aceite que produce es el que tiene que servir de base a las administraciones para legislar. Porque de él dependemos miles de explotaciones, miles de familias y pueblos enteros que, sin otro sustento económico, sin otra forma de vivir y entender la vida, se verían abocados a la desaparición. Y ahora que tanto se les llena la boca a nuestros políticos de luchar contra el despoblamiento y de España vaciada, hay que recordarles que tienen que esforzarse en evitar un futuro negro para nuestro medio rural.
Nuestro sector debe ser considerado estratégico, como ha sido, aunque solo de palabra por lo que se ve, durante todo un año 2020 que estuvo marcado por la Covid-19. Una crisis sanitaria provocada por una pandemia mundial donde la agricultura y la ganadería familiar han demostrado su fortaleza, trabajando para abastecer a la población y para seguir produciendo un aceite de oliva de la máxima calidad. Un sector que debe ser consciente del gran futuro que tiene por delante. Solo recordar que hemos concluido una campaña de comercialización de aceite de oliva que ha vuelto a superar las cifras históricas marcando un nuevo record por segundo año consecutivo. Todo ello, en conjunto, demuestra las grandes oportunidades de futuro de nuestro olivar tradicional.

 

Índice

  • CAMPAÑA ACEITUNA: Datos realistas presentados por la Consejería de Agricultura en el aforo
  • INTERLOCUCIÓN: Compromiso de la Delegación de Agricultura para repartir tierras comunales en el Chantre.
  • PAC: Jornadas formativas e informativas en diversos municipios de la provincia para abordar el Plan Estratégico.
  • FERIAS: UPA Jaén vuelve a tener stand propio de forma presencial en Alcalá la Real, Úbeda y Expoliva 2021.
  • MUJERES RURALES: Fademur Jaén presenta en Alcalá la Real el programa Ruraltivity.

 

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