Ignacio Huertas conoce mejor que nadie la verdadera realidad del campo extremeño. Lleva más de 25 años trabajando en cada comarca, en cada pueblo, en cada sector, al lado de las y los profesionales de la agricultura familiar, defendiendo sus derechos, exigiendo y consiguiendo soluciones para los problemas a que se enfrentan cada día en sus explotaciones. Una trayectoria personal y profesional que no siempre ha sido fácil, como tampoco lo es el presente y el futuro del campo extremeño. Pero los auténticos agricultores y ganaderos extremeños saben que las dificultades no impiden afrontar el futuro con optimismo. Igual que saben que siempre pueden contar con el apoyo y la ayuda de su organización, UPA-UCE Extremadura, al frente de la cual, elegido democráticamente en el congreso regional, tienen a su lado al compañero Nacho, como le conocemos todos.

¿Con qué fuerza llega UPA-UCE a las elecciones de 2022?

Afrontamos esta nueva convocatoria con toda la fuerza que suman los miles de afiliados y simpatizantes de UPA-UCE, hombres y mujeres que, en cada pueblo, en cada una de nuestras muchas oficinas, acuden a mostrar su solidaridad, plantear sus problemas y encontrar el apoyo que necesitan. Ellos y ellas son nuestra fuerza.

Las elecciones al campo llegan en un momento especialmente complicado para el sector, ¿cuáles son los principales problemas?

El sector agrario en Extremadura atraviesa un momento muy complicado por la confluencia de un conjunto de problemas que dejan al campo en una situación crítica. Los agricultores y ganaderos extremeños partimos de una base de precios ruinosos en la mayoría de las producciones, que hacen inviable continuar con la actividad. Afrontamos unos costes de producción disparados como consecuencia de la guerra de Ucrania y de la especulación, porque los especuladores siempre están dispuestos a aprovechar cualquier debilidad para ganar más dinero a costa de todos. Además, Extremadura es una de las comunidades autónomas más afectadas por la sequía y eso no ha hecho más que agravar la complicada situación de partida de los agricultores y ganaderos de la región.

¿Cómo está afectando la sequía a Extremadura?

La sequía se ha convertido en un problema estructural en esta campaña, afectando a miles de explotaciones familiares extremeñas tanto de secano como de regadío. En el conjunto del regadío, la reducción de la superficie regable oscila entre el 60 y el 40%. Prácticamente, 70.000 hectáreas de la cuenca del Guadiana se quedarán sin poder sembrar esta campaña y más de 9.000 hectáreas de la cuenca del Tajo, concretamente en la zona del Borbollón, lo que supondrá un descalabro absoluto para miles de explotaciones que viven de la agricultura. UPA-UCE ha cifrado las pérdidas de los regantes extremeños por la sequía en más de 120 millones de euros. En el secano, la ganadería ya atravesaba un momento muy complicado con los precios de los piensos por las nubes.

Ahora, también sin agua, los ganaderos extremeños han tenido que recurrir a piensos y forrajes para poder seguir alimentando a sus animales. Llevamos tiempo reclamando medidas concretas que ayuden a paliar esta situación y, para ello, hemos trabajado intensamente con la Administración regional logrando medidas como flexibilización de los requisitos para cobrar las ayudas de la PAC, reducción de un 20% los módulos de Hacienda, y el último compromiso que hemos conseguido es el de la puesta en marcha de ayudas directas para aquellos regantes que tengan una reducción importante de la superficie de riego para esta campaña. Sabemos que estas medidas no son la solución para la falta de agua pero, al menos, ayudarán a los agricultores y ganaderos a continuar hacia adelante. Desde UPA-UCE seguiremos trabajando como hasta ahora para tratar de paliar esta situación y que las explotaciones afectadas puedan continuar con su actividad.

El modelo de agricultura y ganadería familiar que tenemos en Extremadura y que defiende UPA-UCE posibilitó que no faltaran los alimentos durante los peores meses de la pandemia, ¿qué ventajas aporta este modelo?

 Desde UPA-UCE Extremadura siempre hemos apostado por el modelo de agricultura y ganadería familiar porque es el más beneficioso para el conjunto de la sociedad. Las explotaciones familiares producen alimentos seguros y de calidad para que los ciudadanos podamos adquirirlos a un precio razonable. Además de garantizar la soberanía alimentaria, este modelo genera empleo y riqueza en zonas que no tienen otro tipo de alternativa, gestiona el territorio de manera sostenible y ayuda a mantener vivo el medio rural. Seguiremos con nuestra defensa de la agricultura familiar porque también garantiza la vida en los pueblos.

La Ley de la Cadena Alimentaria ya prohíbe la venta a pérdidas, pero vemos que eso no se cumple, ¿qué está fallando?

Si UPA-UCE no existiera, hoy no habría Ley de la Cadena que discutir. Fuimos la única organización agraria que luchó porque se estableciera una regulación en la cadena alimentaria que protegiese a los agricultores y ganaderos. Gracias a ese trabajo, el Congreso dio el visto bueno definitivo a la Ley de la Cadena el pasado mes de diciembre con la incorporación, como novedad, de la prohibición de la venta a pérdidas. Sabemos que nos enfrentamos a grandes multinacionales que tienen muchos recursos dedicados a saltarse la ley. En esta última modificación se han introducido aspectos muy importantes, como que los costes de producción contemplen lo que al agricultor o ganadero le cuesta producir. Centraremos nuestros esfuerzos en conseguir que esta ley se cumpla definitivamente. Ya estamos notando una tendencia positiva en muchos sectores que se están viendo presionados. Parece que el Gobierno central está más concienciado sobre ello, pero hace falta que las comunidades autónomas intervengan más directamente para perseguir a quien se salta la ley y generar instrumentos que hagan que se cumpla. En este sentido, desde UPA-UCE estamos trabajando con la Junta de Extremadura para que elabore y publique un estudio de costes de producción en los distintos sectores que puedan servir de referencia para los contratos que se vayan a realizar y se pueda perseguir a quien no cumpla estos costes de producción. Sabemos que no es sencillo, nos enfrentamos a enemigos muy poderosos económicamente, pero estamos convencidos de que la única manera que tenemos de garantizar nuestro futuro es que aquello que vendemos vaya a unos precios que cubran lo que nos cuesta producir. No se puede producir a pérdidas permanentemente.

Con este panorama, ¿cómo ves el futuro de la agricultura y la ganadería extremeñas?

La agricultura y la ganadería extremeñas tienen un potencial enorme. Es cierto que tenemos muchos problemas, pero precisamente nuestro trabajo se basa en buscar y encontrar soluciones. Estoy convencido de que el campo tiene futuro y que ese futuro tiene que estar basado en el modelo de agricultura y ganadería familiar. En Extremadura tenemos un modelo de explotación extensiva envidiable, con animales que se crían a base de alimentos naturales como los pastos. En nuestros regadíos tenemos producciones integradas en la mayoría de los sectores, tratando así de hacer una agricultura cada día más sostenible. Tenemos que seguir alimentándonos y para ello dependemos del trabajo de los agricultores y ganaderos. Parece que Europa se ha dado cuenta de la importancia que supone poder garantizar la soberanía alimentaria, la guerra de Ucrania ha demostrado también que el abastecimiento de nuestros alimentos no puede depender de países de fuera de la UE. En este modelo que defendemos, los jóvenes también tienen un papel fundamental. El campo necesita un relevo generacional urgente, pero necesitan más facilidades para que ese relevo sea una realidad. Los jóvenes de hoy serán quienes alimenten a la sociedad del futuro, pero hay que facilitarles el camino. El campo necesita un giro, que deberá ir encaminado a favorecer a las explotaciones familiares y profesionales. El modelo de agricultura familiar es el modelo que mejor puede garantizar nuestro futuro y el de nuestras familias.

¿Por qué considera que UPA-UCE es la mejor opción para votar en las elecciones al campo?

La respuesta en sencilla. En estas elecciones se mide la representatividad de cada organización. No elegimos líderes, nos votamos a nosotros mismos, los hombres y mujeres que nos dejamos la piel en el campo, que garantizamos la economía y la vida en los pueblos, el progreso de nuestra comunidad, el futuro de nuestros hijos. Y la representatividad del campo es demasiado importante para dejarla en manos de organizaciones que no tienen ni estructura, ni servicios ni verdadera fuerza social. No podemos regalar nuestra representatividad a supuestos agricultores de sofá que no pisan el campo. Por eso la mejor opción es votar a UPA-UCE, porque nosotros sí que somos campo.

Conoce las propuestas de UPA-UCE Extremadura para las elecciones al campo del 8 de mayo.