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UPA - 22/02/2024
Medidas propuestas por UPA en el proceso de movilización permanente en defensa de la agricultura y la ganadería familiar.
UPA apuesta por potenciar lo que ha sido un modelo de éxito y la creación del mayor polo de desarrollo: la Unión Europea. Basado en un modelo de agricultura familiar, sostenible social y ambientalmente, con reglas comunes y objetivos compartidos. Nos reconocemos como profundamente europeístas, es el único camino posible. Frente al cuestionamiento que se hace desde ámbitos nacionales o por parte de otros colegas comunitarios, UPA defiende que es la única vía posible y trabaja por mejorarlo y poner en primer lugar a los agricultores y ganaderos familiares.
Cláusulas espejo. Que se impongan las mismas normas y exigencias a los productos que vienen de fuera de la UE que a las producciones europeas. Reciprocidad en las relaciones comerciales con terceros países, exigiendo las mismas normas de producción y comercialización que en la Unión Europea.
Mercado único. Que se respete el mercado único europeo y se legisle contra medidas proteccionistas nacionales o acciones que atenten contra el libre comercio dentro de la UE.
Puesta en valor de la sostenibilidad económica, social y ambiental que ejerce la agricultura familiar.
Urgente aprobación y posterior desarrollo de la Ley de agricultura familiar, que proteja a este modelo productivo frente a la entrada de fondos de inversión y agricultura industrial.
Reconocimiento y valorización de los agricultores y ganaderos españoles como productores de alimentos sanos y de calidad.
Aprobación una Ley nacional que regule y ordene el desarrollo de instalaciones solares y aerogeneradores que tenga en cuenta y priorice el valor agronómico de las tierras, de tal forma que permita una coexistencia con la agricultura y ganadería.
Apoyo efectivo a la incorporación de jóvenes al sector agrario y aplicación de medidas complementarias que fomenten el rejuvenecimiento del sector.
Establecer una Política de Estado para el medio rural con todos los actores interesados, que incluya la creación de una mesa estatal del medio rural, actualizar la Ley de desarrollo sostenible del medio rural. Que asegure la calidad de vida, los servicios públicos esenciales, la residencia y la actividad económica sostenible en las poblaciones rurales.
Es posible una PAC que mantenga la ambición ambiental sin reducir la capacidad de producción y la rentabilidad, simplificando la normativa. Ante la variabilidad en el clima y modelos de agricultura es preciso introducir flexibilidades suficientes que tenga en cuenta que no hay dos años iguales. Entre otras, proponemos las siguientes modificaciones:
Medidas para luchar contra las consecuencias del cambio climático
El cambio climático es, sin duda, el principal riesgo al que se enfrenta la agricultura y ganadería española. Necesitamos de la ciencia y el conocimiento para superarlo con éxito y políticas claras tanto nacionales como comunitarias para implementar medias que hagan resilientes a las explotaciones ante esta nueva realidad.
Cambiar el sistema de seguros agrarios
Asegurar presupuesto suficiente por parte del Ministerio y las CC.AA. para llegar al 60% del coste de las pólizas para las explotaciones familiares profesionales.
Para hacerlo consorciable: que el exceso de siniestralidad como consecuencia de los efectos del cambio climático lo asuma el Consorcio de Compensación de Seguros Agrarios.
Que se cree en la UE un fondo específico para hacer frente a los efectos del cambio climático en la agricultura y la ganadería (FONDO DE CRISIS CLIMÁTICA).
Establecer una interlocución estable y normalizada entre el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y las OPAS. Desarrollo de una ley que establezca la creación del Comité Asesor Agrario como órgano de representación entre las Organizaciones Agrarias más representativas a nivel nacional y el Ministerio de Transición Ecológica, con un reglamento que fije una periodicidad mensual de las reuniones, donde se debatan todas las normas que afecten al sector agrario.
Nos preocupa la evolución de la concentración de la ganadería, el crecimiento de la integración y la desaparición de explotaciones ganaderas. En gran medida es debido a la promulgación de normativas muy difíciles de cumplir por las explotaciones familiares y pensada para esos modelos.
Fauna salvaje
Además, solicitamos:
De acuerdo con los precedentes comunitarios, la normativa comunitaria restringe en gran medida la posibilidad de que no se apliquen las normas de competencia a acuerdos entre operadores del sector agroalimentario, estableciendo unas condiciones muy exigentes para ello.
El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) dedica el Capítulo I de su Título VII a las disposiciones sobre competencia (arts. 101 a 109), y dentro de éste su sección 1ª a las disposiciones aplicables a las empresas, sin establecer ninguna precisión o salvaguarda en cuanto a sectores económicos en particular. El TFUE, no obstante, establece en su art. 42.1 que el Consejo y el Parlamento Europeo pueden establecer exenciones a las reglas comunitarias de competencia a la producción y comercialización de productos agrarios, mediante el establecimiento de Reglamentos que así lo dispongan, teniendo en cuenta los objetivos del art. 39 TFUE, relativos a la Política Agraria Común.
Es decir, con carácter general las leyes de competencia limitan en la actualidad la posibilidad de mejorar la posición negociadora del sector productor a través de, por ejemplo, la negociación colectiva que permita establecer unas condiciones mínimas en los contratos en cuanto a calidades, pagos, descuentos… Sin embargo, si en el marco de la Política Agraria Común se aprobara un reglamento que permita la negociación colectiva en el seno de, por ejemplo, las interprofesionales, este obstáculo estaría vencido y se podría desarrollar una legislación nacional para regular la forma de hacerlo.
La Ley de la Cadena busca corregir desequilibrio y hacer de la cadena alimentaria una cadena de valor donde cada eslabón de la misma genere valor y no lo destruya, como ocurría. Pero nada puede hacer para mejorar la escasa capacidad de negociación que tiene el agricultor y ganadero frente a sus compradores, ya sean industriales o la distribución.
Se reproduce a continuación la exposición de motivos de la OCM única aprobada en el 2013 que permite la negociación colectiva en el sector lácteo a través de la figura de la organización de productores de leche.
“A fin de garantizar el desarrollo viable de la producción y el consiguiente nivel de vida equitativo para los productores de leche, conviene fortalecer su poder de negociación con respecto a los transformadores y conseguir así una distribución más equitativa del valor añadido a lo largo de la cadena de suministro. Para alcanzar estos objetivos de la PAC, debe adoptarse una disposición de conformidad con el artículo 42 y el artículo 43, apartado 2 del TFUE que permita a las organizaciones de productores constituidas por productores de leche o sus asociaciones negociar conjuntamente los términos del contrato, incluido el precio, para una parte o la totalidad de la producción de sus miembros con una central lechera. A efectos de mantener la competencia efectiva en el mercado lácteo, esta posibilidad debe estar sujeta a límites cuantitativos apropiados. Con el fin de no socavar el funcionamiento eficaz de las cooperativas y en aras de la claridad, se debe precisar que si la pertenencia de un ganadero a una cooperativa está sujeta a la obligación, con respecto a la totalidad o parte de esa producción lechera del ganadero, de entregar leche cruda obligación cuyas condiciones están establecidas en los estatutos de la cooperativa, o por las normas y decisiones resultantes de los mismos, dichas condiciones no deben ser objeto de negociación a través de una organización de productores.”
La Comisión Europea anunció dos objetivos de reducción de plaguicidas como parte de la Estrategia «De la Granja a la Mesa» en mayo de 2020.
Se trataba de una reducción del 50% en el uso y el riesgo de plaguicidas químicos y una reducción del 50% en el uso de plaguicidas más peligrosos.
El anuncio de abandonar esta iniciativa supone poner sensatez y cordura sobre una cuestión que las organizaciones agrarias ya habíamos denunciado desde el primer momento y es que no se puede proponer unos objetivos tan ambiciosos sin ni siquiera tener un estudio de impacto. La propuesta de Reglamento de Uso Sostenible de productos fitosanitarios contenía unos objetivos de reducción de uso y riesgo de productos fitosanitarios no basados en datos de impacto agronómico, ni en la evidencia científica ni teniendo en cuenta la realidad agrícola.
También es preciso aclarar que en modo alguno hay relación entre el uso de productos fitosanitarios y el cambio climático. Más bien al contrario, ya que para mantener el volumen total de producción que alimente a la población mundial se requeriría mucha más superficie ante el descenso cierto de la producción de cada hectárea. Porque ahora hemos sido los agricultores los que hemos saltado y expresado públicamente que no es posible mantener la producción europea de alimentos sanos y seguros si perdemos tantas herramientas de gestión de nuestras explotaciones. Si no hubiéramos sido nosotros ahora en un futuro habrían sido los propios consumidores porque si no se hubiera parado esta iniciativa los realmente perjudicados habrían sido ellos con un encarecimiento nunca visto de la cesta de la compra.
El sector apoya un uso sostenible y racional de los productos fitosanitarios, pero en modo alguno posiciones radicales que planteen reducciones del 50% sin atender a potenciar buenas prácticas ni ver si hay alternativas que no pongan en peligro la producción de alimentos, y por tanto la seguridad alimentaria.
Por otro lado, en relación a las herramientas de sanidad vegetal, según datos de CropLife Europe, hoy disponemos a nivel global de unas 800 materias activas, de las que solo 400 están permitidas en Europa, prácticamente la mitad con tendencia a la baja. De las 400 aproximadamente registradas en Europa una parte son candidatas a la sustitución (sin alternativa viable por el momento), la parte más importante son sustancias activas convencionales y una pequeña parte sustancias básicas y de bajo riesgo. No es posible cambiar todo el botiquín fitosanitario de la noche a la mañana, aunque a nivel europeo quiera incentivarse los biológicos y bajo riesgo.
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