Editorial del número 253 de la revista La Tierra
Lorenzo Ramos. Secretario general de UPA
Los miles de agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas, compañeros y compañeras que formamos UPA comenzaremos en 2016 una nueva etapa, decisiva en el trabajo sindical que iniciamos hace más de treinta años. El Congreso Federal del 26 y 27 de enero reunirá en Madrid a más de 150 delegados que nos representan a todos, porque han sido previamente elegidos en las diferentes organizaciones territoriales, después de un amplio proceso democrático de debate, elaboración de propuestas y renovación de responsables.
Somos conscientes de que estamos iniciando una nueva época. En el escenario político nacional y en el marco global de las relaciones internacionales. La aplicación de la nueva PAC, que en 2016 será sometida a una revisión intermedia y en 2020 volverá a reformarse; las negociaciones en marcha sobre intercambios comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos; los cambios políticos en España, y la existencia de tensiones cada vez más fuertes en la cadena alimentaria, con una presión insostenible hacia los productores, son factores que influyen decisivamente en nuestro trabajo. Todos ellos ya conocidos, pero con nuevas amenazas.
Con nuestro trabajo sindical –lucha, se decía con más fuerza en los orígenes del sindicalismo– hemos conseguido logros importantes, acuerdos, decisiones administrativas, cambios legislativos; en definitiva, progreso.
Pero si de algo debemos estar orgullosos es de haber conseguido hacernos notar. Hemos incorporado a la agricultura familiar en el centro de todos los debates. Hasta el punto de obtener el reconocimiento de un Año Internacional que reconoce la importancia de los pequeños productores en todo el mundo. Hemos conseguido que se reconozca la existencia de la cadena alimentaria, con el eslabón más débil en el origen, en la agricultura y la ganadería, y que poco a poco, con muchas dificultades, se legisle y se vayan dando pasos positivos, insuficientes, pero ya es más de lo que teníamos.
Y no ha sido fácil. Es el resultado de nuestra unión, de nuestra fuerza. Con la que llegamos al 9º Congreso Federal, convencidos de que hay mucho que hacer y pelear, y seguros también de que como organización debemos apoyar a los nuestros, ayudar a los y las jóvenes que se incorporan a la actividad, facilitar la gestión de las explotaciones, promocionar los seguros agrarios, fomentar la innovación y la diversificación, favorecer el desarrollo rural, luchar contra el cambio climático. Estar en el centro de todos los debates sociales. Que se nos tenga en cuenta.
Y dejar muy claro, como decimos en el eslogan de nuestro congreso, que sin productores y productoras no hay alimentos. Parece una obviedad, pero hay que insistir una y otra vez para que no se olvide.