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Política Agraria Común

La agricultura, el desarrollo rural y la innovación en las zonas rurales: los riesgos de despoblación

Martin Merrild, Presidente del COPA - 07/08/2017

Los agricultores europeos y sus cooperativas son los principales promotores de las zonas rurales, pero es necesario intensificar la inversión si queremos maximizar su potencial y detener el éxodo rural.

Se les debe garantizar a las familias agrícolas unas buenas condiciones de vida en el medio rural a través del acceso a una adecuada formación, a las instalaciones sanitarias y al empleo para que puedan conseguir sus objetivos. No se trata solo de los mercados. Se trata también de garantizar que la vida en el medio rural tenga suficiente atractivo para motivar a los jóvenes a entrar en el sector y para maximizar el potencial tanto para los agricultores como para los consumidores.

La puesta en práctica de la Declaración de Cork 2.0 “Una vida mejor en las zonas rurales” es fundamental para garantizar la disponibilidad de las mejores herramientas en favor de un medio rural más sostenible e inteligente.

Es necesario mejorar el acceso a las infraestructuras y de banda ancha para que los agricultores puedan desarrollar sus empresas y beneficiarse de la tecnología inteligente y digital. La agricultura inteligente y de precisión ayuda a los agricultores a producir más utilizando menos recursos. Permite aplicar los fertilizantes de una manera más precisa, además de reducir los costes de los insumos.

El apoyo a nivel europeo y nacional y la formación son también esenciales para incentivar su uso por la comunidad agrícola, así como una infraestructura adecuada de banda ancha para aprovechar plenamente el potencial de la agricultura digital. El teléfono inteligente y el acceso a la banda ancha pueden también ayudar a los agricultores a controlar los mercados agrícolas y a promocionar sus empresas en línea.

Las políticas de desarrollo rural son fundamentales para apoyar estas inversiones, respaldar la innovación, potenciar la biodiversidad y fomentar el desarrollo de agrupaciones de productores como, por ejemplo, cooperativas. Hasta ahora, la Política Agraria Común (PAC) ha permitido garantizar el suministro de alimentos de calidad a precios asequibles para los consumidores. Su coste representa menos del 1% del gasto público total de la UE, así que es una excelente inversión para los ciudadanos europeos. Por esto, creemos que debería mantenerse la actual estructura de la PAC.

En particular, queremos mantener los dos pilares de la PAC y los pagos directos para los agricultores, ya que son la mejor herramienta para ayudar a los agricultores a gestionar los riesgos y a obtener unos ingresos estables. Pero es necesario simplificar la PAC. En mi país, el 70% de los agricultores dice que lo peor de ser agricultor es la burocracia.

Los desafíos del futuro

Los agricultores se enfrentan también a crecientes riesgos que van desde los fenómenos meteorológicos, el cambio climático, la volatilidad de los mercados hasta las preocupaciones de carácter geopolítico. En los últimos cuatro años, los ingresos de los agricultores se han reducido en un 20% y representan hoy por hoy cerca del 60 % de otros sectores económicos.

Para ayudar a los agricultores y sus cooperativas a hacer frente a algunos de estos desafíos y para maximizar el potencial de los sectores agrícola y forestal de la UE creemos, por tanto, que necesitamos una PAC sólida en el futuro, con normas comunes en toda la UE.

Deberían también desarrollarse herramientas a nivel de la explotación agrícola después de 2020 para ayudar a los agricultores a gestionar mejor los riesgos de la creciente inestabilidad de los mercados. Los agricultores deben contar con medidas de gestión de riesgos nuevas y más eficaces. El uso de estas herramientas debería seguir siendo voluntario para los agricultores.

Para poner un ejemplo, los ganaderos perciben únicamente el 20% del precio final de un filete. Por esto, es importante que pueden obtener una proporción más justa del precio que los consumidores pagan por sus productos. La producción debe orientarse mejor a la demanda de los consumidores. Los consumidores se sienten atraídos por nuevos productos innovadores o productos que tengan en cuenta las últimas tendencias de consumo, deberíamos capitalizar este potencial. Asimismo, animamos a los productores a adherirse a organizaciones de productores como, por ejemplo, cooperativas, que les ayudan a comercializar mejor sus productos y a obtener un mejor precio por los mismos. Para tener éxito, las cooperativas han de ser innovadoras y seguir las tendencias de consumo.

Por último, debemos utilizar todos los fondos disponibles de la mejor manera posible, no solo los fondos agrícolas. La Política Agraria Común (PAC), incluyendo su política de desarrollo rural y las actividades de las redes rurales, ya está aportando beneficios a la comunidad rural. Sin embargo, también debemos centrarnos en los Fondos Estructurales Europeos, así como en el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, que deben contribuir mejor a las inversiones en las zonas rurales, encaminadas a mejorar las infraestructuras, la educación y hacer un mejor uso de las materias primas renovables. El acceso a la conexión de banda ancha es, en definitiva, importante no solo para la aplicación de tecnologías agrícolas inteligentes, sino también para todas las pymes que operan en las zonas rurales.

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