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Agricultura

“El trabajo que genera el viñedo ayuda a evitar el despoblamiento”

UPA - 17/12/2019

Alberto Sáez es viticultor con viñedos a caballo de dos pueblos próximos, Cenizate en Albacete y El Herrumblar, que pertenece a Cuenca. Produce uva ecológica y se muestra orgulloso de que el trabajo que genera el viñedo ayuda a mantener población e incluso a favorecer el crecimiento, porque la agricultura es una buena alternativa.

¿Qué cultivas y de qué manera lo haces?

Principalmente uva para vinificación en ecológico, pero también tengo almendro y olivar. El olivar es para autoconsumo prácticamente. Parte de la explotación está en El Herrumblar, donde vivo, y la otra parte está en Cenizate, donde nací. No me supone ningún problema tener tierras en diferentes términos municipales y provinciales.

¿Eres el primer agricultor de tu familia?

Mi padre ya tenía cultivos, pero se dedicaba sobre todo a la venta ambulante. Yo mismo me dedicaba al mercado antes. Aunque me incorporé a la actividad agraria en el año 91, no me dediqué 100% al campo hasta el año 2000. Las tierras me vienen de mi padre y mi suegro, más una parte de mi explotación que he adquirido yo.

¿Por qué has apostado por el viñedo ecológico?

Creo que la agricultura debe cuidar el medio ambiente. Los agricultores somos los primeros interesados en ello. Pero es verdad que cuando empiezas a producir en ecológico en lo primero que piensas, como agricultor, es en la ayuda. Yo no cambiaría mi modelo de producción por nada. Estoy muy contento. Para mí es el mejor. Mis cultivos son más fuertes de forma natural. Se defienden solos, no necesitan que yo les ayude echando veneno.

Recientemente han caído grandes granizadas por tu zona, ¿te han afectado? ¿Crees que son efecto del cambio climático?

Mis viñedos se han visto afectados, pero no en un grado muy alto. De todas formas, yo estoy muy tranquilo porque tengo la viña asegurada. Es cierto que las tormentas ahora son más violentas. Antes también, claro. Yo viví las riadas del 82. Aquello fue tremendo. Pero antes no eran tan frecuentes tormentas tan violentas, como ahora. En general se ha trastocado todo el clima. La gente del campo lo sabe porque lo vive. Se nota mucho en los ciclos de las plantas. Se adelantan o se retrasan los ciclos y, con ellos, las labores que tienes que hacer.

¿Crees que los avances tecnológicos también llegan a la producción ecológica?

La mayoría de estos avances llegan primero a las producciones convencionales. Aquí, además, las explotaciones suelen ser más bien pequeñas. Así que el uso de un avance tecnológico es puntual. Pero también hay innovaciones en el sector ecológico.

¿Sufrís despoblamiento en tu zona?

Yo diría que en mi zona la población se está manteniendo por la agricultura. Aquí el cultivo de la vid asienta población. Bien es cierto que no hay mucha población. Pero es que la despoblación a nosotros nos viene de antes, de las políticas franquistas que se llevaron a la gente del campo a las ciudades. Con la crisis se recortaron muchos servicios básicos en las zonas rurales.

¿Perdisteis alguno en tu pueblo?

Creo que no. Es más, con la crisis algunos de los que se habían ido volvieron porque en el pueblo tenían una fuente de trabajo que nunca desaparece, la agricultura.

¿Cómo vendes tu uva?

A través de la cooperativa. Aquí las cooperativas entraron en los años 50. Es una forma de defendernos de las grandes industrias. Aun así no lo conseguimos completamente. Además, nos apoyan a los socios en otros temas, como la sanidad vegetal.

¿Desde cuándo eres afiliado de UPA?

Desde los años 90. Me apunté a UPA porque quería afiliarme a un sindicato. Conocí a ASAJA, pero no me sentía representado. Veía que ellos defendían a las grandes explotaciones, a gente muy diferente a mí. De los pequeños agricultores nunca se han ocupado. Nosotros somos una especie rara, somos trabajadores y, al mismo tiempo, empresarios. Por eso, para los pequeños agricultores es mucho más importante afiliarse que para los grandes. Hay gente que solo ve la cuota económica por afiliarse y no el trabajo de defensa que hay detrás. Sobre todo me da pena que los jóvenes no tengan ese espíritu de unidad y defensa.

¿Qué les dirías a los jóvenes que se planteen trabajar en la agricultura?

Que el campo no es el de hace treinta años, cuando la agricultura era muy esclava. Hoy es un trabajo como otro cualquiera, pero con una característica que muchos no conocen: la libertad. Ser dueño de tu tiempo, marcarte tus horarios y tomar tú las decisiones. La libertad del agricultor no tiene precio.

¿Dónde ves tu explotación dentro de diez años?

Yo soy de los que considero que no me voy a poder jubilar. La llevaré como buenamente pueda. Y cuando no pueda hacerlo yo todo tendré que buscar a alguien que me ayude o la lleve, pero no creo que vaya a poder jubilarme.

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