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Revista La Tierra - 267


Somos sostenibles y, además, tenemos que demostrarlo

Hay palabras que poco a poco se incorporan a las jergas públicas y sectoriales, hasta hacerse omnipresentes y terminar valiendo, en muchos casos, lo mismo para un roto que para un descosido.

Hay palabras que, llevadas al extremo, pueden terminar significando una cosa y la contraria, mezcladas a veces en sintaxis complejas, en frases rebuscadas, de trascendencia aparente pero vacías en su contenido real. Todos las sufrimos y seguro que las usamos a veces, porque suenan, están de moda, se hacen imprescindibles.

Algo así puede que esté pasando de un tiempo a esta parte con la sostenibilidad. Se emplea el concepto de forma recurrente, asociado a prácticas de gestión de todo tipo, a estrategias de futuro, públicas y privadas, en la política, las empresas, los sectores… Incluso aplicado a la vida cotidiana y los hábitos sociales en la compra, la comida, la basura, la ropa o la movilidad.

Y a partir de ahí, la pregunta clave: ¿qué es ser sostenible? ¿Es similar el significado aplicado a una gran compañía eléctrica o de carburantes, que recurren cada vez más a este concepto en su marketing, que si lo aplicamos a las prácticas de trabajo de la agricultura familiar?

Obviamente, no. Porque unos, los primeros, llevan siglos agrediendo lo que dicen sostener ahora, y otros, los y las profesionales de la agricultura familiar, somos y siempre hemos sido sostenibles por naturaleza.

La cuestión es que no basta con serlo, que evidentemente lo somos, sino que hay que demostrarlo a diario y en todos los foros, utilizando para ello tantos medios como nos proporciona la vida moderna, siendo reiterativos, machacones, pesados e incluso a veces impertinentes y un pelín agresivos. Porque aunque no sea nuestros estilo –la gente de campo no somos así–, tenemos que actuar en consonancia con lo que tenemos enfrente.

Claro que hay problemas. No somos tan ingenuos para creer que vivimos en el jardín de las delicias, en un mundo de bondad sin límites. Claro que hay bestias en la agricultura y la ganadería. Energúmenos que maltratan a sus animales o perjudican a sus tierras y las del vecino con malas prácticas. Quién lo duda. Pero ni es cierto que sea lo habitual ni, por supuesto, es representativo de nada.

Lo que ocurre a menudo es que un mal ejemplo de unos animales abandonados a su suerte y muertos por hambre, convenientemente viralizados en redes sociales, son el mejor recurso para generalizar acusaciones falsas y exageradas hacia colectivos completos.

Somos sostenibles. Lo somos y no vamos a dejar de demostrarlo. Porque amamos la tierra y el ganado que nos da de comer a todos. Y porque culturalmente no somos capaces de hacer otra cosa. Sin olvidar que la formación que hemos recibido, cada vez mejor y más especializada, nos ayuda a comprender y asumir que la sostenibilidad es mucho más que una campaña de publicidad cargada de buenas intenciones.

Editorial del número 267 de la revista oficial de UPA “La Tierra del agricultor y ganadero”

Índice

  • Sostenibles por naturaleza
  • Todo el sector del cereal tiene que innovar para seguir siendo rentable y sostenible
  • Ya están disponibles los cuatro manuales previstos en el programa InfoAdapta-Agri
  • UPA y Acodea impulsan nuevos proyectos de apoyo a cooperativas y organizaciones de productores en Nicaragua
  • Europa perseguirá por fin los abusos que perjudican a los agricultores y ganaderos
  • UPA y UGT reclaman al Gobierno medidas efectivas para fomentar el empleo rural
  • Uniones Sectoriales
  • Campo Seguro
  • Miles de agricultores se manifiestan en Madrid por el agua
  • Uniones Territoriales
  • MILAGROS PARRA DÍAZ. Ganadera de ovino de leche en Lagartera (Toledo): “Ver que todo el esfuerzo con el ganado tiene una recompensa directa es muy satisfactorio”
  • Fademur
  • De Interés: UPA lidera las movilizaciones rurales por unas pensiones dignas 
  • Notas de prensa
  • Sedes de UPA

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